Boleros prohibidos
Los perfumes de Guerlain decían: París, New York, La Habana. ¡Y no era por gusto! En los años 50 la bohemia habanera comenzaba en la playa de Santa Fe, al oeste, en clubes sobre de mar, y recorría 40 km de música en vivo hasta las playas del este. Y el rey de La Habana era el bolero. Pero 10 años después, la mayoría de los boleristas, los intérpretes, autores y orquestadores, las disqueras y agencias publicitarias ya estaban en el destierro
Fragmento de “Los maricones van al cielo”
Obiñí-ñañá
Manana, ¿los maricones van al cielo?
—¡Qué pregunta es esa! ¡Qué cosa te han metido los curas en la cabeza! Manana sale al Patio de Nadie