Fragmento de “Donde crece el vacío”
Cada cual vive su propio Infierno, decía Asunta la loca, esta flaca de collares y anillos de fantasía en su cuarto con la pared llena de afiches de París, Praga, Brujas, como un sueño inventado para muchos. Asunta era haitiana y recitaba Alcools de Apollinaire en francés en las peñas literarias del pueblo ultramarino de Regla. No eran como la tertulia de Nicolás Azcarate…